Muchas veces la consulta con un psicólogo se da cuando aparecen síntomas: ansiedad, angustia, pánico, nerviosismo, depresión, etc. También, cuando surgen dificultades respecto a los vínculos (familia, amigos, pareja, hijos, compañeros, etc.), cuando se está frente a duelos, o ante expectativas y proyectos que no se han podido realizar.
Comprender y elaborar terapéuticamente permite aliviar el malestar.